Ve y pon un centinela

Es la segunda novela de Harper Lee, la continuación de la hermosísima Matar a un ruiseñor, escrita hace unos cincuenta años, aunque publicada ahora. Me apetecía mucho leerla y a la vez me daba miedo. La primera novela es una de mis favoritas de todos los tiempos, y lo mismo pasa con la película. No sabía si esta segunda parte estaría a la altura, pero sobre todo no tenía ninguna gana de ver como se hacía pedazos ante mis ojos la entrañable figura de Atticus Finch. Sin embargo, por suerte ha sobrevivido, afortunadamente ha salido incólume al reto.

Nos reencontramos con Scout, la niña que siempre iba con un pantalón de peto correteando con su hermano Jem y con su amigo Dill, pero ahora tiene 26 años y reside en Nueva York, solo vuelve a Maycomb a pasar un par de semanas de vacaciones, Jem ha muerto hace unos años de un paro cardíaco, y Dill vive en algún punto no concretado de Europa.  Cuando vuelve al pueblo se reencuentra con su familia y con su amigo Hank, y de pronto su mundo se derrumba cuando descubre horrorizada que su padre no es el personaje idolatrado al que ella tenía en un pedestal, es alguien muy humano que no piensa exactamente igual que ella… y entonces siente que no puede soportar esa revelación. Sin embargo, aunque tanto Scout como nosotros podamos no estar de acuerdo con lo que él piensa sobre el problema racial que en ese momento, mediados los cincuenta del siglo XX, explota en el sur, descubrimos junto a ella que es Atticus quien ha forjado su forma de ser, quien la ha ayudado a adquirir el centinela que es efectivamente su conciencia (quien es el centinela aparece claramente revelado en la contraportada de la novela así que sospecho que no estoy desvelando ningún gran misterio).

La parte que se me ha hecho un poquitín más pesada es la de las continuas citas y referencias aclaradas todo el tiempo al pie de página, pero más que nada creo que ha sido así porque el 90% de ellas (seguramente más) me son absolutamente ajenas. Pero la novela me ha gustado mucho, lo cual es evidente, entre otras cosas, porque la he leído en un escaso día y medio (es corta, son 270 páginas). Me han encantado los recuerdos de la infancia y la adolescencia de Scout que nos retrotraen al ambiente de belleza e ingenuidad de la primera novela (siempre embutido en ese ambiente opresivo de la época y el lugar, lleno de prejuicios y de silencios).

Antes de eso he releído Ecos del pasado de Diana Gabaldón, con la intención de poder seguir mejor el último de la saga (por el momento) Escrito con la sangre de mi corazón. Me han gustado a pesar de que no dejan de ser un largo folletín, de que no son los libros mejor escritos del mundo (aunque llevar unas 8000 páginas y lograr que sigan siendo interesantes tiene mucho mérito) y de que los personajes a ratos estén perfilados de una manera tan exageradamente previsible. Pero sigo leyendo, sigo interesándome por saber qué les sucede a Claire, Jaime, Brianna, Roger, William, Ian….  así que algo deben de tener. Me leeré igualmente el que falta cuando lo publique, están muy bien documentados y ¿qué decir? pues que es un folletín que está muy bien 🙂